La flexibilidad es la moneda de cambio del siglo XXI. En el mundo de la vivienda, esta premisa se materializa en el auge imparable del Flex Living, un concepto que trasciende el alquiler tradicional y ofrece una experiencia residencial completa, con estancias adaptadas a las necesidades de una población cada vez más nómada y digital. Lo más fascinante es que este fenómeno ya no es exclusivo de los grandes núcleos urbanos.
El Flex Living está demostrando una capacidad de expansión asombrosa, tejiendo su red más allá de las clásicas Madrid y Barcelona. Los datos hablan por sí solos: el sector en España ya cuenta con 31.400 camas operativas. ¿Te suena a mucho? Pues es solo el principio. Este inventario se distribuye en 119 activos a lo largo del país, lo que demuestra una capilaridad y una ambición de crecimiento notables.
Si echamos la vista atrás, la progresión es meteórica. Desde las 7.000 camas que existían en el mercado en 2020, hemos experimentado un crecimiento explosivo de más del 348%. Un salto que subraya la rapidez con la que este modelo de Alojamiento Flexible ha conquistado el interés de usuarios e inversores.
Y detrás de este crecimiento hay una robusta estructura de operadores. En la actualidad, más de 30 empresas están activamente gestionando este tipo de activos en España, lo que genera una competencia sana y una oferta cada vez más diversificada y de calidad.
¿Pero dónde está echando raíces el Flex Living fuera de las dos grandes ciudades? Ciudades como Valencia, Sevilla, Málaga y Bilbao están emergiendo con fuerza como destinos clave. Estos puntos calientes, con su propia dinámica económica y atractivos culturales, están atrayendo a una nueva ola de inquilinos que buscan estancias flexibles, que en este modelo suelen oscilar entre uno y once meses. Este perfil de usuario incluye a nómadas digitales, profesionales en movilidad, estudiantes de posgrado y jóvenes talentos que aprecian la libertad y los servicios integrados que ofrecen estos espacios.
La razón de este empuje más allá de las metrópolis tradicionales es multifactorial. Por un lado, una demanda insatisfecha que busca soluciones habitacionales adaptadas a ritmos de vida contemporáneos. Por otro, la oportunidad de obtener rentabilidades atractivas en mercados emergentes, donde los costes de inversión iniciales pueden ser más ventajosos.
El Flex Living no es una moda, es la respuesta a una transformación profunda en cómo vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Su expansión por todo el territorio español, con cifras tan contundentes, consolida al Alojamiento Flexible como uno de los segmentos más dinámicos y prometedores del mercado inmobiliario actual, listo para seguir escribiendo su historia en nuevas y excitantes ciudades.